Lo que hoy conocemos como entremet es un postre “elegante” y “sofisticado” elaborado con capas o insertos de bizcochos, crujientes, compotas, geles y/o cremas, envueltos por la estrella del show, la protagonista, la mousse. Sin ella (o él, es neutral según la RAE), prácticamente no tenemos un entremet. Cubre todas estas capas, les da estructura y permite que tenga formas y decoraciones que te harán preguntarte si realmente quieres comértelo o no.

Los entremets son postres delicados y requieren un cuidado especial al momento de almacenarlos:

1. El refrigerador es tu mejor amigo. Pon el entremet directamente en el refrigerador, sin quitarle la caja o envoltura. Esto permite que descongele gradualmente y sin cambios bruscos de temperatura, lo que evita que se forme condensación y arruine el glaseado o la textura.

2. ¿Cómo guardarlo en el refrigerador Mantén el entremet en la caja para evitar que se reseque o absorba olores del refrigerador Colócalo en una zona fría y estable, lejos de la puerta, para evitar cambios bruscos de temperatura.

2. La vida de tu pastel/mini: En refirgerador, por lo general, es recomendable consumirlos dentro de los 2 a 3 días para disfrutar de su frescura y sabor óptimo.

3. ¿Cuándo congelarlo?: Si no lo vas a consumir dentro de los primeros 2 días. Si compraste un Salem, Medusa Midi o Gala, te recomendamos siempre transportarlos congelados.

4. Si lo congelaste, ¿cómo descongelarlo? Saca tu entremet del congelador alrededor 6 horas antes de servirlo y guárdalo directamente en el refrigerador.

No recomendamos viajar (transportes mayores a 1 hora) con ellos. Por ser de mousse, necesitan estar refrigerados.

1. Transporta en un lugar plano. El asiento del copiloto no es una buena idea porque no es plano y cualquier frenón puede acabar mal. Pon tu entremet en el piso del auto, preferentemente detrás del asiento del conductor.

2. Si el trayecto es largo (más de 45-60 minutos) y hace calor, te recomendamos viajar con él congelado.